Voy a tratar de describir este problema teológico en términos sencillos, tal y como lo entiendo yo. Si bien, mi argumentación puede quedarse corta para los eruditos, como bien sabemos: “Dios se revela en lo pequeño, en lo sencillo”. Vamos a ello.
Desde hace algún tiempo me asalta la siguiente pregunta:
- ¿Por qué yo disfruto teniendo detalles con los demás y, en cambio, rara vez otras personas parecen querer tener detalles conmigo? ¿Es que muerdo?