martes, 13 de agosto de 2024

A John Ronald Reuel Tolkien


J.R.R. Tolkien en 1920
John Tolkien nació en África del Sur (Bloemfontein, Estado Libre de Orange) el 3 de enero de 1892, hijo de un empleado de banco británico. A los tres años de edad se mudó con su madre y su hermano a Inglaterra debido a problemas de salud. Su padre se quedó en África del Sur con la intención de regresar con el resto de su familia cuando fuese posible, pero murió en el año 1896 de fiebre reumática antes de regresar con sus hijos y esposa.

La madre de John Tolkien, Mabel, tuvo, por tanto, que luchar sola en Inglaterra para sacar adelante a sus dos hijos, que todavía eran pequeños. En 1900, Mabel y sus dos hijos John y Hilary Arthur se convirtieron al catolicismo, una cuestión que provocó mucha oposición en la familia de Mabel. En 1904, Mabel también falleció, y a partir de ese momento, el pequeño John Tolkien la consideró una verdadera mártir.


Como se puede observar, los inicios de la vida de John Tolkien fueron muy difíciles. Afortunadamente, John y su hermano Hilary Arthur no quedaron completamente solos tras el fallecimiento de su madre y continuaron contando con la ayuda de un buen amigo de Mabel, el sacerdote católico andaluz Francisco Javier Morgan Osborne, que anteriormente había estudiado en Birmingham bajo la tutela de John Henry Newman.
Edith en 1906

En los años siguientes, John continuó con sus estudios, y siempre fue un buen estudiante. Pero todavía más cosas tristes iban a acontecer en su vida. En 1916, el joven Tolkien participó en la Primera Guerra Mundial, como segundo teniente del Ejército Británico. En esta guerra, John Tolkien vio morir a muchos de sus amigos de la adolescencia, y tuvo que renunciar temporalmente al amor de quien en aquel entonces era su prometida, Edith.


El resto de su vida ya es más conocido. Se casó con su prometida Edith, tuvieron cuatro hijos, y consiguió una plaza de profesor de Filología en la Universidad de Oxford. En su tiempo libre siempre estaba inventando historias de fantasía para contarles a sus hijos, así como nuevas lenguas, y de estos pasatiempos surgieron las historias mundialmente conocidas de la Tierra Media.

El Anillo Único,
alrededor de cuya destrucción gira la trama de la novela,
sobre una página del libro


En definitiva, el Señor de los Anillos es una obra de amistad y salvación, con mucho humor implícito, escrita por un hombre con un corazón alegre. Hoy parece un poco inexplicable cómo es posible que un hombre que sufrió tanto en los comienzos de su vida pudiera crear una obra de tal magnitud y belleza. 

Bien, creo que quizá para encontrar la respuesta a esta cuestión basta con darse cuenta de que el proceso que siguió Tolkien para conseguir esto consistió simplemente en aceptar y amar su dolor tal y como fue, porque es el dolor de Cristo...


Gracias John Tolkien,
creo que siempre serás una fuente de inspiración para muchos de nosotros,
y no sólo por tus historias...

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