lunes, 25 de junio de 2018

Problemas sin resolver

Kurt Cobain maldecía a la generación de los hippies - que era la generación de sus padres, y por tanto conocía bien - porque según su opinión, estuvieron muy cerca del cambio social, pero en el momento preciso no hicieron nada.


Kurt Cobain (1967-1994)
Se pueden extraer diversas conclusiones de esta afirmación. Ésta es en la que me voy a centrar aquí: "Los problemas que no quedan resueltos en una generación, se trasladan a la siguiente, y así sucesivamente, teniendo el efecto de que cada vez se vuelven más complejos, y más difíciles de resolver".

Creo que esta tendencia es bastante común en muchos países de occidente. En el nuestro, España, creo que esta conducta es la que predomina desde hace siglos. Es casi una costumbre que cuando surge un problema, la culpa es siempre de los demás, y no solemos estar por la labor de asumir nuestras propias responsabilidades en el asunto.

Si en lugar de echarle la culpa siempre al resto, cada uno reconociésemos nuestra parte de responsabilidad en los problemas, y arrimásemos el hombro al del prójimo con el objetivo de intentar resolverlos, entonces, puede que poco a poco esta tendencia se fuese corrigiendo...

Llegados a este punto, la situación parece de no retorno, porque esta conducta se ha establecido hasta el extremo de que parece formar parte de nuestra identidad como sociedad.

Un ejemplo claro de esta tendencia creo que lo vemos todos los días en los medios, y es cómo los políticos se echan la culpa unos a otros para obtener rendimiento político. Y también se puede ver en todos nosotros, por ejemplo, echándoles la culpa a los políticos de nuestros propios problemas.

Creo que es evidente que los políticos lo han hecho mal, lo están haciendo mal, y probablemente, lo seguirán haciendo mal. Pero yo me pregunto: ¿qué hacemos cada uno de nosotros por mejorar nuestra vida y la de los que nos rodean? Creo que la idea de que los problemas se van a solucionar desde arriba es un gran error. Al menos en este país, en el que los políticos parecen querer ayudarse sólo a sí mismos, tal y como parecemos hacer también todos los demás…

Hay muchos otros ejemplos, voy a mencionar aquí sólo dos más.

El primer ejemplo tiene que ver con mi profesión. Me refiero al típico “fallo informático” sobre el que se descarga siempre la responsabilidad cuando un sistema falla... Un caso reciente es la interrupción durante horas del sistema informático en 18 hospitales de Madrid. Como profesional del sector desde hace más de 10 años puedo confirmar que los programas informáticos funcionan, o no funcionan. De producirse el “fallo informático”, éste proviene siempre del equipo responsable del sistema, y es en realidad un error humano. Ésta es la razón fundamental por la que se persigue desde hace unos cuantos años la regulación de esta profesión, aunque esto es ya otro tema.


Vuelo 9525 de Germanwings (2015)
El segundo ejemplo tiene lugar cuando se adjudica la responsabilidad de un suceso trágico a que la persona que lo provoca padece una enfermedad mental, y se queda ahí el asunto. Por mencionar un caso, puedo recordar la tragedia del Vuelo 9525 de Germanwings del piloto suicida Andreas Lubitz, aunque hay muchos más. Se evita así pensar, por ejemplo, qué es lo que ha llevado a esa persona a padecer la enfermedad mental, o también, pensar esto otro, todavía más esclarecedor: ¿tengo yo algo que ver en que esa persona no esté bien? Cuando el promedio de suicidios de jóvenes en Estados Unidos está superando el 20%, creo que es evidente que algo estamos haciendo mal. En cualquier caso, este tema es muy delicado, y creo que daría para una serie de artículos. Además, este argumento puede ser también peligroso, ya que a su vez puede utilizarse con el objetivo de que la responsabilidad quede diluida entre el enfermo y su entorno, y se vuelve a obtener el mismo efecto de que nadie tiene la culpa...

En cualquier caso, todo esto viene mucho mejor explicado en este párrafo del libro del Génesis 3,9-15:

Después que Adán comió del árbol, el Señor Dios llamó al hombre y le dijo: "¿Dónde estás?". "Oí tus pasos por el jardín, respondió él, y tuve miedo porque estaba desnudo. Por eso me escondí". El replicó: "¿Y quién te dijo que estabas desnudo? ¿Acaso has comido del árbol que yo te prohibí?". El hombre respondió: "La mujer que pusiste a mi lado me dio el fruto y yo comí de él". El Señor Dios dijo a la mujer: "¿Cómo hiciste semejante cosa?". La mujer respondió: "La serpiente me sedujo y comí". Y el Señor Dios dijo a la serpiente: "Por haber hecho esto, maldita seas entre todos los animales domésticos y entre todos los animales del campo. Te arrastrarás sobre tu vientre, y comerás polvo todos los días de tu vida. Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu linaje y el suyo. Él te aplastará la cabeza y tú le acecharás el talón".

Agradezco las contribuciones esenciales de Manuel Alfonseca y Almudena
para la elaboración de este artículo

En memoria de mi tía Seve, fallecida recientemente, maestra hasta el final

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