viernes, 29 de mayo de 2015

El sueño del fútbol

Agrupación Deportiva
Rayo Vallecano
Hoy voy a hablar un poco del Rayo Vallecano, coincidiendo con el 91º aniversario de su fundación.

Muchos de mis amigos saben que no soy rayista de nacimiento, que he sido aficionado del Real Madrid hasta alrededor de octubre del 2011. En esta entrada de mi blog voy a describir un poco mi proceso personal de conversión a rayista.


Tengo que decir que el Rayo siempre me había llamado la atención, además de ser un equipo cercano a mi barrio, Moratalaz. Fue cuando estudiaba informática que conocí a mi amigo Paco, un rayista convencido. Era la época en la que el Rayo llegó a jugar la copa de la UEFA, en la temporada 2000-2001, clasificándose el año anterior por juego limpio, eliminando al Girondins de Burdeos en octavos y cayendo en cuartos de final contra el Alavés, equipo que terminaría jugando la final.

Estadio de Vallecas
Poco después, el Rayo bajaría a 2ªB en la temporada 2003-2004. Es en esa época cuando mi amigo Víctor se hace socio del Rayo, y asisto por primera vez al estadio de Vallecas por invitación suya.

Sin embargo, yo seguía siendo hincha del Real Madrid, hincha pero de los de televisión. Y me explico, llamo ‘hincha de televisión’ a aquellos aficionados al fútbol que rara vez van al campo y suelen seguir los partidos casi siempre por la tele. Y así son hoy la mayoría de aficionados al fútbol, por razones obvias. De vez en cuando podía disfrutar de algún partido en Vallecas. Tuve la suerte de asistir al partido del ascenso a segunda división contra el Zamora, aunque todavía no surgía la pasión que siento hoy.

José Mourinho
Para ello, habría que esperar todavía un poco más, y fue tras la llegada de José Mourinho al Real Madrid en la temporada 2010-2011 que empecé a darme cuenta de ciertas cosas con respecto al que era mi equipo por aquel entonces. Me empezaba a cansar tener que discutir con otros madridistas que eran muy críticos con Mourinho, cuando a mí siempre me ha parecido un grandísimo entrenador. Muchos de estos madridistas hoy critican a Casillas, cuando fue el mismo Mourinho el que percibió el inicio de su decadencia y actuó consecuentemente, o los que esta temporada hasta la eliminación del Madrid contra la Juventus en la Champions se han hartado de decir que Morata (otro jugador adiestrado por Mourinho) no valía para su equipo. En resumen, empecé a dejar de sentirme identificado con el Real Madrid.

Mientras tanto, en el fútbol modesto ocurría un milagro. El Rayo Vallecano, que estaba desahuciado y al borde de la desaparición por la fraudulenta gestión de la familia Ruíz Mateos, conseguía el ascenso a primera división. La temporada anterior, la 2009-2010 me había hecho socio del Rayo para la segunda vuelta, pero el año del ascenso a primera no me hice socio, principalmente porque no quería soltar ni un céntimo más a la familia Ruíz Mateos. Volví a tener suerte de poder asistir al partido en el que se consiguió el ascenso, contra el Jerez, con el resultado contundente de 3-0 para la franja.

Por tanto, para la temporada 2011-2012, ya en primera división y sin los Ruiz Mateos dirigiendo el club, no me lo pensé y me hice socio del Rayo desde el principio. Fue en el Getafe-Rayo de esa temporada, en la jornada 4, que sentí tal satisfacción de ver ganar al Rayo, y fue tal el repaso que le dio el Rayo al Getafe (aunque el resultado fue sólo de 0-1, con gol de Michu, y un imperial José María Movilla, creo que los jugadores del Getafe ni siquiera pasaron del centro del campo), que el mero interés se convirtió en pasión. Esa pasión no ha dejado de crecer desde entonces.

Paco Jémez
Hoy, después de cuatro temporadas en primera división y preparando ya la quinta, ya tengo toneladas de buenos recuerdos que me ha dado el Rayo en este tiempo: recuerdos por ejemplo de cómo resucitamos para el fútbol a Diego Costa, y aquel milagroso gol del ratoncito Tamudo contra el Granada en la última jornada el año de Sandoval. Recuerdos de la explosión de Leo Baptistão y el temporadón de Chori Domínguez la primera temporada de Paco Jémez, que fue la del récord de puntos y los 18 goles de Piti (si mal no recuerdo fue el Rayo-Betis de esta temporada el partido en que tuvo lugar el mítico robo de balón de Roberto Trashorras a Joel Campbell justo delante nuestro, y fue en esta temporada cuando me surgió la que desde entonces es mi frase de guerra: '¡¡¡En Vallecas se trabaja!!!'. También fue en esta temporada cuando ganamos en campos como La Rosaleda, Mestalla, o San Mamés). Recuerdos de la fabulosa segunda vuelta que hizo el Rayo la temporada pasada con jugadores como Rubén Rochina o Iago Falque, salvándose de nuevo con solvencia. Recuerdos de la apoteósica campaña que ha realizado el Rayo este año, la de los 17 goles de Alberto Bueno y en la que se ha conseguido batir el récord de temporadas seguidas en primera. Y lo más importante, me siento plenamente identificado con esa forma de sentir y de vivir el fútbol. El Rayo es un equipo de barrio jugando contra los mejores, y poniéndoselo muchas veces bien difícil.

Muchos de los seguidores de los equipos grandes suelen justificarse cuando no están contentos con su equipo, diciendo cosas como ‘A mí el fútbol no me da de comer’, o ‘El fútbol no me quita el sueño’. A mí, desde que soy del Rayo, el fútbol sigue sin darme de comer y sin quitarme el sueño; desde que soy del Rayo el fútbol me hace soñar.

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